Mi experiencia con el diagrama lunar marcó un antes y un después en mi relación con mi menstruación y transformó por completo mi vida, invitándome a un continuo viaje de introspección que me ha traído hasta aquí.
Cuando esta herramienta llegó a mí yo no podía imaginar todo lo que iba a desencadenarse. En aquellos tiempos me encontraba en una de esas crisis profundas de las que no sabes cómo vas a salir, donde la única certeza es que no quieres permanecer en ella.
La maternidad me había traído muchas alegrías, pero también situaciones que me hacían entrar en conflicto, pues mi estilo de vida dista mucho de lo que en esta sociedad se espera de una, y yo he crecido y sido educada en este rincón del mundo, con una realidad que esperaba de mi y de la familia que estábamos creando ciertas cosas que yo no quería, y romper con todo eso nunca es sencillo y te lleva a conflictos externos e internos, pasando, como no, a somatizarlo en una enfermedad.
Y así estuve una larga temporada, perdida en mi oscuridad, sonriendo hacia fuera mientras sufría por dentro. Y entonces apareció un diagrama lunar que me hizo enfrentarme a mí misma y a mi cuerpo.
En esos momentos yo tenía un DIU, tratamiento que tomé como método anticonceptivo recomendado por mi ginecóloga y acompañado de un “así no tendrás la regla, ya verás que bien”. Ni regla, ni ciclo menstrual, ni las hormonas que mi cuerpo me pedía… madre mía, lo pienso y aún no sé cómo pude llegar a tal desconexión de una manera “tan natural”. De echo un día fui a hablar con ella para saber si mi depresión podía estar relacionada con esos alambritos que estaban en mi útero y por supuesto, nada tenía que ver, eso eran “cosas mías”… puf, que mal nos tratamos y qué poco creemos en nosotras mismas, dejando que desde fuera decidan por nosotras y aceptando cualquier cosa que nos digan, incluso las más dolorosas, sobre todo esas, son las primeras que nos creemos.
Mi intuición me decía que algo no estaba bien, que desde que tenía el DIU estaba peor “de lo mío”.
Y cuando más lo necesitas, aparece esa luz y empezaron a llegar a mí, desde diferentes lugares, informaciones de la importancia del ciclo menstrual, del equilibrio hormonal, de tener una buena relación con la menstruación, los arquetipos femeninos, las fases de la luna… y curiosa que yo soy me pongo a leer y leer hasta que acabé en una formación.
Según voy descubriendo cosas y las comparto con mi compañero de vida, él lo ve clarísimo y me dice que tengo que recuperar mi menstruación… y una vez más… le escuché más a él que a mi intuición, que ya llevaba tiempo diciéndome eso, pero que bien hizo en ser claro porque yo a mí no me estaba escuchando.
Regresé a la ginecóloga a pedir que me retirasen el DIU y me dijo que no, sí, de verdad, me dijo que no, que tenía una validez de 5 años y sólo lo había usado poco más de 1, y que además me habían puesto ese que era más caro por mi alimentación vegetariana para que no me diera anemia. En serio, ¿qué como soy vegetariana me tengo qué quedar con el DIU hasta ser amortizado? Pero bueno, ¿qué ginecóloga es ésta? Pues la que me tocó en suerte una temporada y con la que tuve que luchar para que me sacase del cuerpo aquel DIU que yo ya no quería. Un año más tuve que convivir con él hasta que conseguí su extracción. Las mujeres estamos tan desprotegidas ante las practicas médicas de ginecólogos, obstretas, pediatras y demás… que no puedo más que reivindicar el empoderamiento sobre nuestros cuerpos, que aprendamos a cuidarnos, conozcamos los procesos fisiológicos que vivimos y nos escuchemos a nosotras mismas siempre ante cualquier situación.
Y por fin llegó mi primer sangrado tras más de dos años privando a mi cuerpo de vivir sus perfectos procesos, no era realmente una menstruación, pero ahí estaba, el comienzo de todo… un renacer, un nuevo inicio, una nueva oportunidad, sanar heridas, reconocerme como mujer, amarme a mí y a mi cuerpo, sembrar mi sangre menstrual, liberar la culpa, el dolor, saberme maga, alquimista, transmutar, florecer, volar, entenderme, aceptarme… han sido años de un aprendizaje que aún continua y que siempre estará presente en mí.
Ahora me descubro ante una nueva fase, el climaterio que antecede a la plenipausia, me encuentro en el umbral de mi sabiduría con todos mis estudios, aprendizajes y experiencia de vida, mis pelillos blancos me acompañan, la expresión de todas mis sonrisas visten mi cara y los cambios en mi ciclo menstrual también son visibles ya.
Para compartir todo esto y mucho más he creado este espacio, JuaNa NatuRa, un lugar virtual desde el que abrirme al mundo y contar a otras mujeres, que transitan desde su realidad diferente a la mía, situaciones de desconexión consigo mismas o que están ya en el camino de reencontrarse con su esencia, todo lo que a mí me ha sido, y es, útil.
Por eso quiero regalaros a partir de hoy, día en que celebro mi vueLta aL SoL, esta herramienta poderosa de autocuidado y autogestión de nuestro ciclo menstrual, el DIAGRAMA LUNAR, se trata de un diario visual y circular en el que anotar nuestras vivencias a lo largo del ciclo menstrual. Le acompaña un documento explicativo para que te inicies en este viaje a tus flujos internos y te encuentres, te reconozcas y aceptes en total plenitud con tu ser cíclica.
Hace ya muchos años, en un tiempo lejano llamado Paleolítico, se crearon los primeros calendarios lunares gracias a la observación del cielo nocturno y de registrar el ciclo de la Luna, de esa forma se empezó a medir el tiempo. La palabra “regla” tiene su etimología en la palabra latina “regula”, ambas palabras corresponden a un instrumento para medir. De ahí que nuestra menstruación sirva para medir el tiempo y establecer ciclos.
Llevar un registro de nuestro ciclo menstrual no es nada nuevo, es algo que antiguamente y a su modo ya hacían nuestras ancestras desde tiempos prehistóricos al estudiar el transito de la Luna y su propio ciclo menstrual. Estas mujeres tallaban huesos y piedras reflejando en ellas las diferentes fases lunares.
La Venus de Laussel, también conocida como La Dama del Cuerno, es una figura tallada en piedra caliza del arte paleolítico, representa una mujer desnuda que sostiene en su mano derecha un cuerno de bisonte, alrededor de la piedra aparecen 13 hendiduras rodeando la silueta que bien podrían representar las 13 lunas de un año lunar. El cuerno que lleva en su mano tiene a su vez 13 lineas sobre él. Interesante, ¿verdad? Esta Venus es una Diosa de la Fertilidad, cuyo cuerno siempre ha sido símbolo de abundancia, las incisiones en él pueden ser el propio registro menstrual de la Diosa y los agujeros son las Lunas, simbolizando todo ello la naturaleza cíclica y el poder creador de la mujer, que muestra sus senos, vientre y vulva como generadora de vida.

Las Mujeres siempre hemos estado presentes como Diosas en la Tierra, es tiempo de recuperar nuestro poder y sabiduría ancestral para ubicarnos en el mundo y tomar nuestro lugar, creer en nosotras, confiar en nuestra intuición y conocer nuestro ciclo menstrual para darle el lugar que merece en nuestras vidas.
Llevar un registro de tu ciclo menstrual hace que tomes consciencia, conectes cuerpo y alma, y entiendas tu propio ciclo y tu estado físico, mental, emocional y energético como un todo.
Este registro se basa en la constante revisión consciente de nuestros días, explorando qué sensaciones físicas , pensamientos y situaciones estuvieron presentes anotándolas en el diagrama a través de colores, símbolos, dibujos, palabras. Su forma circular se inspira en la ciclicidad, dejándonos entrever patrones espirales de nuestro ser.
Una vez que tienes varios ciclos registrados puedes compararlos entre sí y establecer esos posibles patrones o sensaciones que se repiten en tus ciclos menstruales en una fase determinada. De esta manera puedes tomar consciencia de las diferentes necesidades que tienes en cada fase.
Gracias al diagrama tienes información sobre tu salud general y puedes detectar posibles desajustes en tu ciclo menstrual. De este modo te vuelves la protagonista de tu ciclo, pudiendo tomar las medidas necesarias para tratar esos desajustes.
El hecho de llevar un registro de tu ciclo menstrual implica poner más atención a cualquier cambio o nueva necesidad que vivas, es un espacio de dialogo íntimo con el que se crea una conexión especial entre tú y tu ciclo menstrual.
A través del trabajo en ti con tu diagrama puedes detectar las fluctuaciones de energía emocional, física y mental que experimentas en cada fase menstrual para poder planificar tu día a día según las características de cada fase, lo cual traerá mucho bienestar a tu vida.
La clave del autoconocimiento a través del ciclo menstrual es observarse a una misma para entrar en sintonía con nuestra propia ciclicidad.
¿Te apetece probar? Aquí tienes este regalo de mí para tí.
Rellena el formulario y recibirás tu Diagrama Lunar para descargar.
Deseo te ayude tanto como a mí, te aporte lo que en estos momentos estás buscando y te permita encontrarte contigo y tu ser cíclica para vivir en armonía conectada a tu esencia.